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miércoles, 3 de agosto de 2011

LOS PENSAMIENTOS DE CALIDAD GENERAN VIDA

Soy tan inteligentemente egoísta, que sólo busco la amistad, el trato  la compañía de personas con pensamientos y sentimientos de verdadera calidad. Reconozco que todas ellas me hacen crecer y mejorar como persona.
Cualquiera que haya leído alguno de mis últimos libros, y en especial Optimismo vital o Los pilares de la felicidad, habrá comprobado que insisto hasta a saciedad en la idea de que en este mundo nuestro nos encontramos rodeados de personas tónicas o medicina: positivas, gratificantes, que nos contagian su felicidad y lo mejor de sí mismas, y también abundan las personas tóxicas, esas que nos descargan de energía, nos crean problemas, nos impiden crecer y nos complican la existencia.
En nuestro ir y venir en las relaciones sociales, nos topamos con unas y con otras. Lo deseable: retener a las primeras y eludir a las segundas.
¿TU QUÉ ERES, TÓNICO O TÓXICO? Aunque existen algunos tipos casi puros de personas tónicas y tóxicas, lo normal es que nos topemos con tipos mixtos, pero preponderantemente tónicos o tóxicos. Hay una forma clara de comprobar su gradiente, y es centrándonos en la calidad de sus pensamientos, sentimientos y expresiones verbales. Evidentemente, sus obras también les delatan, pero yo les escucho y trato de analizar la calidad de sus pensamientos, y percibo que las personas que están más a gusto consigo mismas, más equilibradas, con mayor capacidad de reflexión, serenidad y control sobre sí mismas y que mejor hablan de sus semejantes y de la misma vida, son las que me alegran, me reconfortan y me hacen sentir bien. La calidad de su pensar y sentir me tonifica.
LOS PENSAMIENTOS SANOS CREAN UNA VIDA POSITIVA. Acertadamente dijo Marco Aurelio:”La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos”…. Las personas cuya compañía y trato busco de esta forma, yo creo que inteligentemente egoísta, son así: siempre suman, nunca restan, te reciben con calor y afecto y siempre con la más acogedora de las sonrisas; rebosan bondad, porque piensan desde la bondad. Tienen sus problemas, la vida les golpea con tanta o más dureza que a los demás, pero no dejan de ser agradecidos con la vida. Casi todo lo que hacen va impregnado de amor y de buenas intenciones y, curiosamente, nunca encuentran justificación para el resentimiento, la crítica feroz o el odio. Muchas de estas personas con actitudes tan positivas, a veces no son conscientes de su gran inteligencia emocional y sabiduría para la vida.
LAS PERSONAS TÓXICAS VIVEN EN UNA PERMANENTE QUEJA. En el lado opuesto están las personas tóxicas cuya nota distintiva es la permanente queja por todo y el resentimiento recalcitrante. Reivindican para sí mismas con orgullo el derecho que tienen a enfadarse cuanto quieran, a deprimirse, a sentirse culpables, tristes, resentidas…Es evidente que tienen derecho a todo eso y mucho más, e incluso a destruir sus propias vidas y a enfermar. El problema es que, al obrar así, pierden el control sobre sí mismos y su propia existencia y están cediendo el control de su vida emocional a todo tipo de manipulaciones. El secreto del saber vivir es llegar a entender que la felicidad depende de la calidad de nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones.
RETRATO ROBOT DEL OPTIMISTA. Las personas positivas construyen sus vidas día a día con pensamientos, sentimientos y palabras de auténtica calidad. Si prestáramos suficiente atención a cada una de estas personas, podríamos comprobar cómo hay una serie de características que se repiten.
Éste sería su retrato:
1. Aprovechan cualquier ocasión para albar, alentar y promover lo mejor de sus semejantes y, al mismo tiempo, evitan sentirse ofendidas o acumular resentimientos.
2. Disfrutan de lo cotidiano y sencillo. No necesitan de nada grandioso para sentirse privilegiadas. Saborean cada minuto de la dicha de sentirse vivas y su actitud es de gratitud hacia todo.
3. Cultivan a diario su mundo interior, en el que se sienten muy a gusto. En ese espacio silencioso y profundo de sus almas cultivan los valores, virtudes y fortalezas humanas de siempre.
4. Sienten profundamente la confraternidad universal. Saben muy bien la necesidad de ser, para crecer y para poder dar lo mejor de sí mismas, aplicando la ley universal del dar es recibir, en el sentido de que todos nos necesitamos a todos en alguna medida.
5. Son plenamente conscientes de sus actos pero, sin proponérselo, como si fueran monjes budistas, se ejercitan a diario en la reflexión sosegada y serena sobre el mundo, la vida y su propia existencia. Los pensamientos de calidad se generan en mentes poderosas, con gran equilibrio psicofísico y un extraordinario autocontrol. Por eso, de manera egoísta, busco y procuro estar cerca de la buena gente, cuyos pensamientos y sentimientos, de la más alta calidad humana, no sólo me proporcionan toda clase de bondades, sino que me arrastran a imitarles y a aprender de su sabiduría.

BERNABÉ TIERNO
Artículo de la revista Psicología Práctica

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