EVITA LA DEPENDENCIA EMOCIONAL. Cuanto mayor es la necesidad
de aprobación, mayor es el pavor a que los demás nos acusen o critiquen. Las
críticas son un espejo para aprender de nosotros, pero nunca la vara con la
cual medir nuestra valía personal. Es preciso de
jar de pender del hilo de la valoración ajena y afianzar nuestra visión, equilibrar nuestra opinión y la de los demás.
jar de pender del hilo de la valoración ajena y afianzar nuestra visión, equilibrar nuestra opinión y la de los demás.
SUPERA EL MIEDO. Cuando nos falta autoconfianza, podemos
sentirnos paralizados por el temor a ser criticados. Y quizás adoptemos una
actitud sumisa. Sin embargo, cada uno debe decir lo que piensa cuando otros le
critican. No se puede caer bien a todos y tenemos derecho a ser como somos.
EVITA LA MANIPULACIÓN. Quien da más peso a la opinión ajena
que a la propia no reconoce su propio poder y se lo entrega a otros,
convirtiéndose en presa de la manipulación a través de las críticas y del
sentimiento de culpabilidad.
SÉ RECEPTIVO. Escuchar las críticas requiere humildad,
porque es fácil reaccionar defensivamente y difícil reconocer las verdades
sobre uno. Si se hace una crítica y se espera ser escuchado, también hay que
estar preparado para atender la observación de otros.
ASUME QUE PUEDE SER CIERTO. La crítica que nace y se recibe
desde la comprensión de que todos tenemos fallos es la que más ayuda brinda.
Escucha con interés a la otra persona.
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