Lo que haga hoy es importante porque estoy utilizando un día de mi vida en ello.

viernes, 8 de febrero de 2013

Cómo gestionar los cambios. ¡Transfórmalos en oportunidades!

Texto de M. Olivas en la revista Psicología Práctica.



Vigila que tus objetivos estén en consonancia con la vida que quieres llevar.

Es tiempo de establecer nuevas metas que nos ayuden a sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás.
Si nos preguntan qué queremos mejorar, casi todos coincidimos en los tópicos salud, dinero y amor, en sus infinitas versiones. En general nos resulta fácil verbalizar lo que queremos, incluso imaginarlo. Sin embargo, ¿qué pasos concretos y reales damos para conseguirlo? Parece que la mayoría dedicamos poco o nada de tiempo a echar a andar esos maravillosos propósitos. En este reportaje vamos a explicarte, a través de la programación Neurolingüística (PNL), que la forma en la que formulamos un objetivo y construimos un plan de acción es la clave fundamental para llegar a alcanzarlo. ¡Esta vez puede ser la definitiva para crearte tus grandes oportunidades!.


Los objetivos deben ser concretos, medibles, realistas…. Y tener alas.


Huye de los caminos trillados.
Merece la pena dedicar unos instantes a plantearnos: ¿Qué hago cuando quiero conseguir algo? Según explica Gustavo Bertolotto, maestro en PNL (www.institutopotencialhumano.com), cada uno de nosotros tiene una estrategia interna programada por las experiencias que ha vivido. En algunas personas están encaminadas a conseguir resultados, en otras a no sufrir demasiado, o a pasarlo bien ante todo. Seguimos estos patrones de modo inconsciente. Sin que nos percatemos, nuestro cerebro sigue la misma ruta cada vez que se propone una meta, por eso repite los mismos errores. Nos olvidamos de que, como decía Einstein, “no hay mayor síntoma de locura que pretender obtener resultados distintos haciendo siempre lo mismo”. Para evitar que año tras año, nuestros propósitos se queden sólo en intentos, hemos de acometer cambios en nuestra vida.



1º aprende a formular objetivos.
Richard Bandler y John Grinder, creadores de la PNL, utilizaron sus técnicas para descubrir el secreto de los hombres y mujeres que habían alcanzado sus sueños. Un factor común de todos ellos era que dedicaban tiempo y análisis profundo a transformar sus sueños en deseos, sus deseos en proyectos y sus proyectos en objetivos claros y concretos, capaces de cumplirse en un tiempo y espacio bien definidos. Ellos generaron “la buena formulación de objetivos”, una lista de preguntas para saber si realmente quieres lo que crees querer y si realmente es posible que lo materialices en la forma y el tiempo que deseas.

También se dieron cuenta de que una  de las claves de las personas que logran alcanzar éxito, eficacia y felicidad es que sus objetivos se dirigen todos hacia una dirección común, hacia una misión o un gran valor que da sentido a su vida. Los pequeños propósitos cuelgan de uno principal de vida, que es el que sirve de guía en todo momento, e ir cumpliéndolos es lo que permite vivir integrados y vivir con coherencia.

Por el contrario, cuando perseguimos objetivos que nos llevan en direcciones opuestas, y a los que nos dirigimos indistintamente sin orden ni prioridad, corremos el riesgo de terminar confusos y mareados (des-integrados), como aquellos que juegan mucho tiempo a la gallinita ciega y que terminan por perder toda referencia sobre dónde están ellos y los demás.


Ojo con el autoboicot.
Muchas veces deseamos algo y, sin embargo, prestamos más atención a nuestra voz interior diciendo “No soy capaz” que al propio objetivo. Los principales distorsionadores de la imagen mental que tenemos de nosotros mismos y de la realidad que nos rodea son:

*Generalizar. Si fracasaste una vez en un examen de oposición, crees que nunca más podrás aprobar otro. ¡Cuando no hay ninguna razón para que sea así!

*Verlo todo blanco o negro. “Los hombres no se comprometen”, “Las cosas son así”… Creer que las circunstancias no cambian y que nuestras ideas son inamovibles puede paralizarnos en la misma dificultad de por vida. Atrévete a contemplar las nuevas opciones que surgen cuando tú cambias de visión. La gama infinita de colores que la vida ofrece a algunas personas la crean ellas mismas.

*Culpabilizarnos. “Todo me sale mal”, “Me lo merezco”… Conviene detectar las frases que te dices y tratar de hablarte a ti mismo desde la ternura y la comprensión, como lo harías con alguien a quien quieres y cuya felicidad te importa.

*Exigirnos demasiado. Otra forma frecuente de boicotearnos es ponernos objetivos tan grandes y tan abstractos que están abocados al fracaso desde el principio.


2º aprende a crearte tus oportunidades. 
Cuando la vida con sus propios designios y contraría tus planes y te saca del camino, tienes dos opciones: llenarte de rabia y resentimiento, deprimirte y abandonar tus proyectos; o recuperar la confianza en ti mismo, llenarte de pasión y aceptar el desafío de transformar la crisis o la contrariedad en una oportunidad para mejorar tu vida. En PNL se dice que, tanto si crees que puedes conseguirlo como si crees que no, estás en lo cierto. Entrena a tu mente para decirte “Lo voy a conseguir”. Para motivarte a ti mismo, puede serte de gran ayuda asociar un fuerte dolor al hecho de no cambiar, de seguir sin cumplir ese propósito, y un gran placer a la experiencia de hacer el cambio ahora. Merece la pena intentarlo.


Fluir con la vida. Traza una dirección con sentido para ti y fluye. Es la sugerencia que nos hace Bertolotto: tener una dirección clara que oriente nuestros pasos nos da un orden y armonía que puede cambiar nuestra vida. El arte de vivir maneja una doble dirección que es importante distinguir. Si bien la gente sabia y eficiente sabe concentrar la energía para dirigirse a lo que quiere verdaderamente o a lo que siente, es de necios no estar alerta a las señales que la propia vida te devuelve sobre tus propios deseos y objetivos. El ser humano sostiene un continuo diálogo con el universo. “Los buenos objetivos son ecológicos, están en consonancia con nuestro ser profundo y persiguen enriquecer nuestro entorno esencial”, explica Bertolotto.

Pero conviene tener en cuenta que a veces, a pesar de haber invertido con buena fe en una dirección, la corriente fluida de los sucesos nos conduce a otro lugar. La vida es un misterio con sus propias leyes, y uno de los objetivos más hermosos que podemos tener es aprender a danzar con ella y con la melodía de nuestros propósitos. No te conviertas en un “conseguidor” de objetivos con el ceño fruncido. Da los pasos que sientes tuyos, vivos, vibrando tan dentro que necesitan planificación y concreción.



Sí al cambio. Cuanto más conscientes seamos de nuestras elecciones y decisiones, y de los frutos que éstas pueden generar, más posibilidades tenemos de lograr una existencia feliz e integrada. Y menos tentación de considerar el esfuerzo un atentado contra nuestra felicidad. Somos nosotros quienes elegimos salir de nuestra zona de comodidad, aunque al principio cueste un poco, cambiando el “Tengo que…” por el “Quiero…”. Entonces entendemos que no son otros los responsables de nuestro bienestar, y que sólo está en nuestra mano tender el puente, peldaño a peldaño, por el que avanzar hacia el futuro deseado.



COMO LOGRARLO PASO A PASO. Los propósitos deben ser específicos, medibles y alcanzables, para que haya posibilidades de cumplirlos. Jamás se debe pensar en algo que se encuentre fuera de nuestros límites reales. La idea es realizarlos paulatinamente, sin forzarnos (pero si esforzándonos). Pasos que te permitirán lograr tus metas:


1. PLANTEALO EN POSITIVO.
Se debe elaborar en positivo, para que sea más sencillo cumplirlo. Conviene, de una vez por todas, dejar de pensar en lo que no queremos y pensar en lo que sí deseamos para nuestra vida. Es cuestión de poner el foco de atención en lo positivo. Así, en lugar de repetirnos una y otra vez “Tengo que dejar de fumar” (con lo que reforzamos en la mente la palabra fumar, conviene que nos propongamos, por ejemplo “Quiero gozar de buena salud”. Los sabio orientales afirman que allí donde está nuestra atención, está nuestra energía.


2.IMAGINA TU PROPÓSITO Y VISUALIZALO.
Es muy útil llevar a cabo un proceso de visualización en el que te imagines cómo llevarías a efecto lo que tienes en mente tal y como a ti te gustaría. Nada puede suceder sin haberlo previamente imaginado. Busca un lugar tranquilo donde nadie te moleste, cierra los ojos y trata de visualizar tu objetivo cómo si ya lo hubieras logrado. Intenta ver dónde estás, con quién, qué estás mirando, qué sientes en ese momento, qué escuchas…. Permítete durante unos minutos recrearte e ilusionarte con el objetivo que te has propuesto, y empieza a sentir dentro de ti que puede hacerse realidad. Aquello en lo que nos empeñamos mentalmente (sea bueno o malo) es lo que suele manifestarse luego ante nosotros.


3.EXPLORA LA SITUACIÓN REAL.
¿Qué está impidiendo, hasta ahora, que tu propósito se convierta en realidad? Analiza cuáles son los obstáculos actualmente (falta de tiempo, de información, creencias sobre ti mismo que te limitan, influencias externas a las que no sabes poner límites, pereza, falta de organización…). Conviene distinguir claramente entre las cosas que no podemos cambiar porque no dependen de nosotros, las cuales hemos de aceptar; y las que sí está en nuestra mano modificar. Y sólo de estas últimas debemos ocuparnos, teniendo claro que lograrlo requiere un cambio de actitud vital: pasar de considerarnos víctimas de las circunstancias a vernos como heroicos constructores de nuestra vida. En otras palabras, responsabilizarnos de nuestra felicidad.


4. BUSCA OPCIONES ¿QUÉ PODRÍAS HACER?.
Permítete explorar todas las posibilidades que te acercarían a tu propósito. Échale imaginación y trata de salir de tu propio mapa mental, de las fórmulas que hasta ahora no han funcionado, para descubrir otras nuevas que te hagan sonreír. Puedes hacer una lista con las opciones más dispares que pueden ayudarte a avanzar. Todo vale. “De vez en cuando tienes que buscar lo que al principio es invisible para el intelecto, pero completamente obvio para la intuición. Puede que hasta tengas que cerrar los ojos para ver” dice Enrie Zelinski.


5.CONCRETA UN PLAN. 
¿Cuándo, dónde y de qué forma concreta vas a dar un primer paso?. Toma un cuaderno o ponte delante del ordenador y fija el día en el que vas a llevar a cabo una acción, por pequeña que sea, para acercarte a tu objetivo. Es fundamental continuar con la motivación necesaria para que tu ilusión no se convierta en humo y tus propósitos no se los lleve el viento. Un primer paso puede ser, sencillamente, buscar información en la red o a través de un amigo o experto que pueda asesorarte. Date recompensas por cada pequeño avance, y plantéatelo como un proceso divertido y agradable. Cuando la fuerza de voluntad se emplea en lo que a uno le deleita, todo fluye.

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