Vigila que tus objetivos estén en consonancia con la vida
que quieres llevar.
Es tiempo de establecer nuevas metas que nos ayuden a
sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás.
Si nos preguntan qué queremos mejorar, casi todos coincidimos en los tópicos salud, dinero y amor, en sus infinitas versiones. En general nos resulta fácil verbalizar lo que queremos, incluso imaginarlo. Sin embargo, ¿qué pasos concretos y reales damos para conseguirlo? Parece que la mayoría dedicamos poco o nada de tiempo a echar a andar esos maravillosos propósitos. En este reportaje vamos a explicarte, a través de la programación Neurolingüística (PNL), que la forma en la que formulamos un objetivo y construimos un plan de acción es la clave fundamental para llegar a alcanzarlo. ¡Esta vez puede ser la definitiva para crearte tus grandes oportunidades!.
Si nos preguntan qué queremos mejorar, casi todos coincidimos en los tópicos salud, dinero y amor, en sus infinitas versiones. En general nos resulta fácil verbalizar lo que queremos, incluso imaginarlo. Sin embargo, ¿qué pasos concretos y reales damos para conseguirlo? Parece que la mayoría dedicamos poco o nada de tiempo a echar a andar esos maravillosos propósitos. En este reportaje vamos a explicarte, a través de la programación Neurolingüística (PNL), que la forma en la que formulamos un objetivo y construimos un plan de acción es la clave fundamental para llegar a alcanzarlo. ¡Esta vez puede ser la definitiva para crearte tus grandes oportunidades!.
Los objetivos deben ser concretos, medibles, realistas…. Y
tener alas.
Huye de los caminos trillados.
Merece la pena dedicar unos
instantes a plantearnos: ¿Qué hago cuando quiero conseguir algo? Según explica
Gustavo Bertolotto, maestro en PNL (www.institutopotencialhumano.com),
cada uno de nosotros tiene una estrategia interna programada por las
experiencias que ha vivido. En algunas personas están encaminadas a conseguir
resultados, en otras a no sufrir demasiado, o a pasarlo bien ante todo.
Seguimos estos patrones de modo inconsciente. Sin que nos percatemos, nuestro
cerebro sigue la misma ruta cada vez que se propone una meta, por eso repite
los mismos errores. Nos olvidamos de que, como decía Einstein, “no hay mayor
síntoma de locura que pretender obtener resultados distintos haciendo siempre
lo mismo”. Para evitar que año tras año, nuestros propósitos se queden sólo en
intentos, hemos de acometer cambios en nuestra vida.
1º aprende a formular objetivos.
Richard Bandler y John
Grinder, creadores de la PNL, utilizaron sus técnicas para descubrir el secreto
de los hombres y mujeres que habían alcanzado sus sueños. Un factor común de
todos ellos era que dedicaban tiempo y análisis profundo a transformar sus
sueños en deseos, sus deseos en proyectos y sus proyectos en objetivos claros y
concretos, capaces de cumplirse en un tiempo y espacio bien definidos. Ellos
generaron “la buena formulación de objetivos”, una lista de preguntas para
saber si realmente quieres lo que crees querer y si realmente es posible que lo
materialices en la forma y el tiempo que deseas.
También se dieron cuenta de que una de las claves de las personas que logran
alcanzar éxito, eficacia y felicidad es que sus objetivos se dirigen todos
hacia una dirección común, hacia una misión o un gran valor que da sentido a su
vida. Los pequeños propósitos cuelgan de uno principal de vida, que es el que
sirve de guía en todo momento, e ir cumpliéndolos es lo que permite vivir
integrados y vivir con coherencia.
Por el contrario, cuando perseguimos objetivos que nos
llevan en direcciones opuestas, y a los que nos dirigimos indistintamente sin
orden ni prioridad, corremos el riesgo de terminar confusos y mareados
(des-integrados), como aquellos que juegan mucho tiempo a la gallinita ciega y
que terminan por perder toda referencia sobre dónde están ellos y los demás.
Ojo con el autoboicot.
Muchas veces deseamos algo y, sin
embargo, prestamos más atención a nuestra voz interior diciendo “No soy capaz”
que al propio objetivo. Los principales distorsionadores de la imagen mental
que tenemos de nosotros mismos y de la realidad que nos rodea son:
*Generalizar. Si fracasaste una vez en un examen de
oposición, crees que nunca más podrás aprobar otro. ¡Cuando no hay ninguna
razón para que sea así!
*Verlo todo blanco o negro. “Los hombres no se comprometen”,
“Las cosas son así”… Creer que las circunstancias no cambian y que nuestras
ideas son inamovibles puede paralizarnos en la misma dificultad de por vida.
Atrévete a contemplar las nuevas opciones que surgen cuando tú cambias de
visión. La gama infinita de colores que la vida ofrece a algunas personas la
crean ellas mismas.
*Culpabilizarnos. “Todo me sale mal”, “Me lo merezco”…
Conviene detectar las frases que te dices y tratar de hablarte a ti mismo desde
la ternura y la comprensión, como lo harías con alguien a quien quieres y cuya
felicidad te importa.
*Exigirnos demasiado. Otra forma frecuente de boicotearnos
es ponernos objetivos tan grandes y tan abstractos que están abocados al
fracaso desde el principio.
2º aprende a crearte tus oportunidades.
Cuando la vida con
sus propios designios y contraría tus planes y te saca del camino, tienes dos
opciones: llenarte de rabia y resentimiento, deprimirte y abandonar tus
proyectos; o recuperar la confianza en ti mismo, llenarte de pasión y aceptar
el desafío de transformar la crisis o la contrariedad en una oportunidad para
mejorar tu vida. En PNL se dice que, tanto si crees que puedes conseguirlo como
si crees que no, estás en lo cierto. Entrena a tu mente para decirte “Lo voy a
conseguir”. Para motivarte a ti mismo, puede serte de gran ayuda asociar un
fuerte dolor al hecho de no cambiar, de seguir sin cumplir ese propósito, y un
gran placer a la experiencia de hacer el cambio ahora. Merece la pena
intentarlo.
Fluir con la vida. Traza una dirección con sentido para ti y
fluye. Es la sugerencia que nos hace Bertolotto: tener una dirección clara que
oriente nuestros pasos nos da un orden y armonía que puede cambiar nuestra
vida. El arte de vivir maneja una doble dirección que es importante distinguir.
Si bien la gente sabia y eficiente sabe concentrar la energía para dirigirse a
lo que quiere verdaderamente o a lo que siente, es de necios no estar alerta a
las señales que la propia vida te devuelve sobre tus propios deseos y
objetivos. El ser humano sostiene un continuo diálogo con el universo. “Los
buenos objetivos son ecológicos, están en consonancia con nuestro ser profundo
y persiguen enriquecer nuestro entorno esencial”, explica Bertolotto.
Pero conviene tener en cuenta que a veces, a pesar de haber
invertido con buena fe en una dirección, la corriente fluida de los sucesos nos
conduce a otro lugar. La vida es un misterio con sus propias leyes, y uno de
los objetivos más hermosos que podemos tener es aprender a danzar con ella y
con la melodía de nuestros propósitos. No te conviertas en un “conseguidor” de
objetivos con el ceño fruncido. Da los pasos que sientes tuyos, vivos, vibrando
tan dentro que necesitan planificación y concreción.
Sí al cambio. Cuanto más conscientes seamos de nuestras
elecciones y decisiones, y de los frutos que éstas pueden generar, más
posibilidades tenemos de lograr una existencia feliz e integrada. Y menos
tentación de considerar el esfuerzo un atentado contra nuestra felicidad. Somos
nosotros quienes elegimos salir de nuestra zona de comodidad, aunque al
principio cueste un poco, cambiando el “Tengo que…” por el “Quiero…”. Entonces
entendemos que no son otros los responsables de nuestro bienestar, y que sólo
está en nuestra mano tender el puente, peldaño a peldaño, por el que avanzar
hacia el futuro deseado.
COMO LOGRARLO PASO A PASO. Los propósitos deben ser
específicos, medibles y alcanzables, para que haya posibilidades de cumplirlos.
Jamás se debe pensar en algo que se encuentre fuera de nuestros límites reales.
La idea es realizarlos paulatinamente, sin forzarnos (pero si esforzándonos).
Pasos que te permitirán lograr tus metas:
1. PLANTEALO EN POSITIVO.
Se debe elaborar en positivo, para
que sea más sencillo cumplirlo. Conviene, de una vez por todas, dejar de pensar
en lo que no queremos y pensar en lo que sí deseamos para nuestra vida. Es
cuestión de poner el foco de atención en lo positivo. Así, en lugar de
repetirnos una y otra vez “Tengo que dejar de fumar” (con lo que reforzamos en
la mente la palabra fumar, conviene que nos propongamos, por ejemplo “Quiero
gozar de buena salud”. Los sabio orientales afirman que allí donde está nuestra
atención, está nuestra energía.
2.IMAGINA TU PROPÓSITO Y VISUALIZALO.
Es muy útil llevar a
cabo un proceso de visualización en el que te imagines cómo llevarías a efecto
lo que tienes en mente tal y como a ti te gustaría. Nada puede suceder sin
haberlo previamente imaginado. Busca un lugar tranquilo donde nadie te moleste,
cierra los ojos y trata de visualizar tu objetivo cómo si ya lo hubieras
logrado. Intenta ver dónde estás, con quién, qué estás mirando, qué sientes en
ese momento, qué escuchas…. Permítete durante unos minutos recrearte e
ilusionarte con el objetivo que te has propuesto, y empieza a sentir dentro de
ti que puede hacerse realidad. Aquello en lo que nos empeñamos mentalmente (sea
bueno o malo) es lo que suele manifestarse luego ante nosotros.
3.EXPLORA LA SITUACIÓN REAL.
¿Qué está impidiendo, hasta
ahora, que tu propósito se convierta en realidad? Analiza cuáles son los
obstáculos actualmente (falta de tiempo, de información, creencias sobre ti
mismo que te limitan, influencias externas a las que no sabes poner límites,
pereza, falta de organización…). Conviene distinguir claramente entre las cosas
que no podemos cambiar porque no dependen de nosotros, las cuales hemos de
aceptar; y las que sí está en nuestra mano modificar. Y sólo de estas últimas
debemos ocuparnos, teniendo claro que lograrlo requiere un cambio de actitud
vital: pasar de considerarnos víctimas de las circunstancias a vernos como
heroicos constructores de nuestra vida. En otras palabras, responsabilizarnos
de nuestra felicidad.
4. BUSCA OPCIONES ¿QUÉ PODRÍAS HACER?.
Permítete explorar
todas las posibilidades que te acercarían a tu propósito. Échale imaginación y
trata de salir de tu propio mapa mental, de las fórmulas que hasta ahora no han
funcionado, para descubrir otras nuevas que te hagan sonreír. Puedes hacer una
lista con las opciones más dispares que pueden ayudarte a avanzar. Todo vale.
“De vez en cuando tienes que buscar lo que al principio es invisible para el
intelecto, pero completamente obvio para la intuición. Puede que hasta tengas
que cerrar los ojos para ver” dice Enrie Zelinski.
5.CONCRETA UN PLAN.
¿Cuándo, dónde y de qué forma concreta
vas a dar un primer paso?. Toma un cuaderno o ponte delante del ordenador y
fija el día en el que vas a llevar a cabo una acción, por pequeña que sea, para
acercarte a tu objetivo. Es fundamental continuar con la motivación necesaria
para que tu ilusión no se convierta en humo y tus propósitos no se los lleve el
viento. Un primer paso puede ser, sencillamente, buscar información en la red o
a través de un amigo o experto que pueda asesorarte. Date recompensas por cada
pequeño avance, y plantéatelo como un proceso divertido y agradable. Cuando la
fuerza de voluntad se emplea en lo que a uno le deleita, todo fluye.
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