Artículo de Bernabé Tierno en la revista Psicología
Práctica.
Mantener como constante una actitud optimista, entusiasta y
vital (aunque realista), con predominio del
buen humor incluso en los momentos
más críticos.
Tener un carácter sociable y amable, facilidad para la
empatía, con una comunicación siempre positiva y centrada en lo bueno de los
demás.
Ser el mejor amigo de ti mismo, con gran confianza en tus
capacidades, alta autoestima y sentimiento de competencia. Recuerda siempre que
pueden fallarte todos, pero nunca debes fallarte a ti mismo.
Vivir plenamente el hoy. Todo lo que tienes es el
presente que estás viviendo. Disfruta el
aquí y ahora, y no permitas jamás que nada del pasado te prive de disfrutar el
instante que vives, ni que los malos presentimientos de cara al futuro te
amarguen el día.
Recordar que sólo vives lo que disfrutas: contigo mismo, con
tu familia, amigos y compañeros de trabajo. En cualquier lugar y momento, que
nada ni nadie te impida vivir y disfrutar.
Encontrar un motivo fuerte, un porqué capaz de dar sentido a
tu vida. Puede ser el amor, una convicción profunda de fe, la necesidad de
entregar tu vida al servicio de una causa noble, tu propia familia. Teniendo
una razón poderosa para vivir, estarás más capacitado para soportar las
situaciones más adversas y críticas.
Ver, cada nuevo día que amanezca, como el mejor regalo de tu
vida. Ese día ya no volverá jamás. Tu disfrute es el mayor de los dones: abraza
ese trozo de vida que se te ofrece de forma completamente gratuita. Sólo en tus manos está que este día se
convierta en una maravilla.
Aceptar con sosiego y paz interior las luces y sombras de la
vida, sus reglas imperfectas. Recuerda que más que los acontecimientos
adversos, los dramas y las miserias, lo que te hace desgraciado es la forma en
que decides vivir lo que te sucede a cada instante. Tú estás al mando y puedes
elegir una actitud positiva en lugar de una actitud pesimista y derrotista.
Simplificar la vida con sabiduría esencial. Centra tu
atención, intención y sentimiento en acumular experiencias gozosas,
disfrutables y sencillas. Camina “ligero de equipaje” y recuerda que lograrás
mayor paz, felicidad, plenitud y equilibrio interior en la medida en que
necesites menos cosas para ser feliz y sentirte bien contigo mismo.
Desarrolla al máximo tu capacidad de resiliencia, de
reponerte y de recuperarte de las situaciones críticas y dramáticas. Si te caes
diez veces, lo que importa es que no dudes en levantarte veinte veces y volver
a empezar con energías renovadas.
Procurar siempre hacer el bien, por el simple hecho de
contribuir a que quien más lo necesita, quien no tiene a nadie, pueda contar
contigo y ser más feliz. Que la felicidad de otros contribuya a tu propia dicha
y felicidad
Crear, allá por donde vayas, anclajes afectivos. Ama y
siente el amor de los demás. Haz amigos a tu paso, deja buen recuerdo de ti y
no cometas la estupidez de crearte enemigos. Po tu bien, sé amor y convierte tu
existencia en amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario